10 de junio de 2010

PPP. ARQUITECTO


“Lo que tenga de personal cualquiera de estas obras ha de surgir discretamente, ha de producir una sensación de agradable intimidad, más que una sorpresa o una agresión. En este aspecto me declaro antigenial, antidogmático, y manifiesto un gran respeto por tanta arquitectura anónima que ha creado ciudades y pueblos cuando no eran necesarios los manifiestos ni había que degradar el estilo anterior par sentirse más seguro de lo propuesto.” (1).

Pepe Pratmarsó i Parera (PPP) era una figura del pasado ya en su propio tiempo. De un pasado en que ser arquitecto, llegó a decir, también suponía saber llevar con dignidad un smoking. Recibir una educación “progresista y sensata, deportista y literata, nacionalista y cosmopolita, izquierdista y elitista” según Oriol Bohigas, le permitió, antes de concluir la carrera, haberse situado en aquella sociedad catalana de preguerra, gracias a haber triunfado en algún campeonato deportivo, haber dado un concierto de violonchelo y hacer expuesto su obra pictórica en la galería Syra. Elegante, culto, refinado, amable, brillante y extravertido, un paralelo a lo que en Italia fue Ignazio Gardella, aunque sin su talento, son adjetivos muy usados por aquellos que le conocieron. Sin embargo declararse "antigenial" y "antidogmático" es incendiario.
Su carrera como arquitecto se jalona con puestos municipales en Centelles y Tarrasa, donde no cosechó éxitos. Presidente del grupo R, docente con Coderch, y al final y tardíamente, arquitecto personalísimo cuando se retiró a su masía de Montrás y se hizo con la clientela adecuada, en casitas sutiles de una arquitectura tranquila y discreta.
Obras que hoy no podemos considerar a una altura equivalente a la de otros miembros del Grupo R, que no serán reseñadas como referencias indispensables en ninguna escuela de arquitectura, y en las que sin embargo su ausencia de gestos han prorrogado su interés con el paso del tiempo, y han convertido a su autor en una de esas figuras de fondo sobre las que se asienta el buen hacer y la sensatez de la arquitectura de los años 60 y 70.

(1) AAVV, Josep Pratmarsó i Parera, arquitecte, COAC, Barcelona, 1998, pp. 88

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