30 de junio de 2010

PERIFÉRICOS



La temprana muerte de Jan Duiker privó a la modernidad de uno de los mejores arquitectos del panorama holandés de comienzos de siglo. No ha legado influencias notables sobre otros arquitectos, sin embargo sus obras lo merecen.
La capacidad para librarse de las corrientes que le acosaron por doquier, desde su propio contexto holandés, tanto a nivel material como cultural, hasta la modernidad publicitada por Le Corbusier, permite a su obra ser vista con admiración. No haber sucumbido al Neoplasticismo, ni al ladrillo de Hilversum, ni a la poética del cristal imperante, ni a las influencias de la arquitectura blanca es algo más que un mérito, es una rareza. Aun a pesar de que las conexiones con la obra de Wright o del constructivismo ruso son patentes, junto a su socio Bijvoet, -con quien Pierre Chareau realizó la Maison de Verre en París-, caminaron en una dirección intransitada y limpia.
Con la distancia, entre otras cosas, resulta admirable contemplar como supieron destacar, con un tono siempre decidido, la construcción de las señales que sus obras proyectaban hacia el exterior. Letreros y rótulos se muestran como parte de la arquitectura, ocupando, como en el caso del Cineac de 1935, la mayor parte de la fachada sin complejos ni gazmoñerías.
Que esas letras no hayan pasado de moda es sintomático de su buen diseño. Esas señales que en ocasiones se sienten como cuestiones periféricas a la arquitectura recuerdan su enorme importancia para configurar el carácter de la obra. Mucho más allá de lo que la modernidad ha entendido por ornamento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh!...Duiker......, el día que terminé la carrera y la defensa del PFC, después de comer, presa del pánico, en un ejercicio de autocrítica, a pesar del buen resultado, me fuy derecho a un librería y allí compre algunos libros de arquitectura.
Entre ellos una monografía de Duiker, que devoré en un salón de lectura del centro cultural.¨

La reflexión fue similar a l que planteas, había que librarse de determinadas influencias machaconamente predicadas por el cuerpo docente y trazar una línea propia y responsable.

salu2

Santiago de Molina dijo...

Me pregunto porque apenas se encuentran motivos para hablar de personajes como Duiker.

Seguramente porque no ha legado alguna anécdota suficientemente sustanciosa.

Pero de repente cuando uno se encuentra con ellos, es como haber encontrado a ese familiar del que no se sabía. Como un exiliado de otro continente.

Saludos y gracias por participar!