7 de junio de 2010

DETALLAR


Existen iguales dosis de intranquilidad y satisfacción cuando el dibujo empieza a contener, como un recipiente, la medida y el peso de la arquitectura. Situar la mirada a una cota, los muslos o el asiento, y superponerlos a la luz, al desagüe de una carpintería, al espesor o la materia de un muro. Nivelar realidades lejanas, ese es el secreto del detallar. Aunque el dibujo resulta tremendamente ordenado y sin estridencias aparentes, la multiplicidad de aspectos y escalas que van desde el horizonte al espesor de un acabado, se almacenan y ordenan en el detalle constructivo.
Esos interiores no se comunican, son recipientes estancos: ¿Qué sabe el muro de las interioridades de la mesa?, ¿Qué sabe el horizonte de la construcción de la lámpara?. Sin embargo en el detalle constructivo conviven en equilibrio gracias a la congruencia del todo y la presencia imaginaria del cuerpo del habitante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En palabras tuyas:
Menuda figura la de Pallasmaa, es una de esas raras avis como Evans, Borchers o Quetglas, cuya visión nunca se sabe si ilumina o descubre lugares ocultos al resto de los mortales.

Teañadiré a la lista,por ver todo lo que has visto y nos has descubierto en el dibujo
Bravo1

Santiago de Molina dijo...

Eso, desde luego, es mucho decir. Gracias a ti por participar!!