30 de abril de 2009

TACHADURAS

Dado el cuidadoso proceso de borrado de todos los gestos personales en sus obras, para descubrir trabajando a Mies, siempre es obligado ir con cuidado. Como el que va a observar animales esquivos, que con cualquier ruido desaparecen.
En una ladera, en el año 1934, realiza los primeros trazos para una casa de vidrio. Se apoya en el suelo en uno de sus extremos, en otro es soportada por una línea vertical ligeramente dubitativa. Con inteligencia, el peso de la zona volada se compensa con las cargas del tramo apoyado.
El dibujo ya intuye las diagonales de la estructura que contendrá la casa. Bajo ella puede estacionarse un vehículo. Algo, aun indefinido, sucederá entre ese acceso del vehículo y la pendiente del terreno.
Prácticamente nada más.
Como de pasada, se pueden comentar los trazos en zigzag en el voladizo y en el contacto de la casa con la ladera. Dos gestos que hablan seguramente de la diferencia de opacidad de los materiales. Idénticos trazos a los empleados tan menudo en muchos otros de sus croquis. Idénticos trazos a los empleados incluso para dibujar árboles...
¿Acaso existe otra posibilidad para esas últimas líneas?, ¿se puede imaginar a Mies tachando sus dibujos?. La sospecha sobre la realidad de esos tachones recae en la incoherencia, imperdonable si de Mies se trata, de ofrecer un paño ciego en ese punto.
En los innumerables bocetos publicados de su obra no pueden encontrarse tachones. Aparecen repasos de una misma línea, incansables, buscando la solución precisa. Pero no este tipo de corrección.
Tachar es querer borrar, hacer desaparecer y destruir. Tachar es una forma de rectificar un descuido, algo producido con dejadez. Tachar significa presuponer la existencia de una línea errónea. Es decir, la línea de estructura bajo la que queda el trazado de la izquierda es perfectamente lógica. A la derecha, nada existe que tachar. En ese sentido, podríamos decir que la esencia de ese dibujo a la hora de descubrir sus procesos de trabajo, está precisamente ahí. No en lo que queda finalmente como dibujo, sino en lo que se ha desechado; en esa tachadura.


Igual que este croquis, la casa Resor, proyectada pocos años después, ofrece sus dos paños laterales ciegos. Pero no se apoya en el suelo de una ladera semejante a esta. La crítica ha identificado esta casa perteneciente a otra genealogía y la ha separado de ella, por el simple detalle del terreno.
Con más sentido, esos tachones podrían ser referidos a la topografía y a su relación con la casa. Entonces ese dibujo sería ya la casa Resor y habría que reescribir su historia a partir de un dibujo que Mies guardaba, cuidadoso, en el tintero, a la espera de encontrar al cliente a quien colocársela.
Gusta ver aparecer, entre tachaduras, las obsesiones de Mies.

4 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Pero también podríamos decir que una única palabra tachada en un impoluto texto precisa y preciosamente caligrafiado es, sin duda, su eminente llamada de atención. Tachar: No hay mejor artificio que ése para lograr que alguien jerarquice su postura electiva.

Anónimo dijo...

Es interesante el análisis de esa tachadura. He encontrado ese mismo dibujo titulado en una publicación como "Casa de cristal en una ladera" en 1934 donde parece que Mies trata de experimentar como desvincular su arquitectura del terreno. Y es curioso, porque parece que varias de esas tachaduras discretas prefiguran lo que será la manera en que desvinculará completamente su arquitectura con el terreno, en la elevación de la casa Farnsworth 13 años después. Supongo que resulta interesante como ese pequeño trazo prolongado le evitaría todo ese esfuerzo estructural que plantea.

Diego Mosquera dijo...

No pude evitar pararme a ojear tu blog, desde luego es muy grata la parada, repetiré sin lugar a dudas.

Hace dias comentabas sobre la casa Resor de Mies, y en estos momentos me han preguntado para rescatar alguna edición donde aparezcan detalles constructivos de la misma.

Si tuvieras oportunidad de acceder a tal información no dudes en informármelo, millones de gracias.

Te invito también a que le eches un vistazo a mi blog de arquitectura www.mosarq.es

Un placer desde Coruña.

Santiago de Molina dijo...

Miguel y Diego,

Bienvenidos!.
Miguel en el interesante estudio de GG sobre las casas de Mies y otros se habla de esa imagen del comienzo como casa de cristal separándola, efectivamente, de la casa Resor.

Miguel, he mirado tu estupendo blog, interesado por la actualidad y el debate y desde luego que merece atención.
Respecto a la casa Resor, me parece que hay bastante información sobre ella y está muy publicada. Hay un libro "Mies in America", editado por Phyllis Lambert, donde puedes encontrar bastantes cosas.

saludos y gracias por vuestras amables palabras