27 de diciembre de 2021

FORMAS DE NO HACER

Se equivoca quien piense que el trabajo del arquitecto consiste en construir. También existe una maravillosa capacidad negativa que consiste en la disposición a no construir nada. (Cosa que no es idéntica a la incapacidad de construir algo). Es decir, no se trata de una negación de la potencia positiva sino una potencia completamente independiente y alternativa. A este camino lo denominamos en su momento “la tercera vía”. No es ninguna novedad. 
John Ruskin, en las Siete lámparas de la arquitectura, dice: `No construyas si puedes evitarlo”. Quetglas apostilla que este “aforismo debiera grabarse en piedra en cada cruce de caminos, si eso pudiera hacerse sin erigir ningún monolito. (…) Arquitecto no es aquél que construye, sino aquél que da sitio a las actividades humanas. Si, para hacer sitio, para dar lugar, es inevitable o conveniente construir, entonces constrúyase. Pero no siempre es necesario. Y, en todo caso, nunca construir es el objetivo de la arquitectura sino el mal menor”.(1) Alejandro de la Sota se muestra aun más parco y directo: “Creo que el no hacer arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos, habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo”... 
De tan conocido y actual no hablaremos de las “antiobras” de Lacaton & Vassal para ejemplificar todo esto. Ni de Cedric Price, aconsejando a una pareja el divorcio antes que hacerles una casa a la vista de sus discusiones previas… 
De todo esto se deriva una tarea adyacente y colosal. Una tarea a la espera de alguien verdaderamente capaz: trazar la historia de esa arquitectura en negativo. Una historia callada de lo que pudo haber sido y voluntariamente se decidió ahorrar. Una historia que resultaría aún más monumental que esa de las grandes obras que pueblan nuestras ciudades, porque en ella estaría eliminada toda voluntad de autoría y de reconocimiento. Una modesta historia del buen no hacer. Su tarea, por pura coherencia se complementaría con cierta secreta discreción.
Os deseo, queridos cómplices, amigos, un Feliz año donde poder construir solo lo imprescindible.

 (1) Quetglas, Josep. Artículos de ocasión. Barcelona: Gustavo Gili, 2004, pp. 241

6 comentarios:

Gaspar_js dijo...

Muchas gracias por esta delicia de relato sobre que es la arquitectura y que es ser arquitecto. De verdad, gracias.

Santiago de Molina dijo...

Gracias a ti por tu lectura, Gaspar!!

arqleandrozapata dijo...

Santiago buenos días, que alguien ponga en palabras lo que uno entiende que debería ser la arquitectura es de lo mejor que me paso en el año!

Gracias por tus textos y feliz 2022.
Saludos desde Argentina.

Ernesto dijo...

"...den sitio a las actividades humanas" Tendrían que leerlo muchos arquitectos de la administración pública en Argentina...construyen en las plazas, en los patios de las escuelas... Gracias Santiago.

Santiago de Molina dijo...

Estimado Alejandro, Muchas gracias por tu amabilidad hacia lo escrito. Te deseo lo mejor para el 2022. Un saludo cordial.

Santiago de Molina dijo...

Estimado Ernesto, Ojalá se cumplan tus deseos. Un saludo cordial