26 de abril de 2021

ESTO NO ES ARQUITECTURA



En Mantua, en la casa de un viejo arquitecto, hay dos columnas depositadas como joyas a ambos lados de la fachada. No son parte de la arquitectura de la casa como tal, sino más bien un misterioso añadido. Una es una demostración canónica de proporción, buen gusto vitruviano y precisión constructiva. La otra es, como mucho, su libro de instrucciones. 
El arquitecto, Giovani Battista Bertani, hizo en su propia casa algo más que un ejercicio de pura erudición. Como buen heredero de Giulio Romano, Bertani es un salvaje que se acerca con ese dibujo en piedra a Venturi y a René Magritte con su “esto no es una pipa”. 
Efectivamente y por mucho que un dibujo de una columna se represente con una precisión exquisita, aquella silueta no era una columna. La columna era la otra, la construida. Por mucho que el dibujo se trazase sobre la misma piedra y a la misma escala que la columna “real”, no podría llamarse así… ¿Qué sucedió en las mentes del siglo XVI para que el recién conquistado dibujo aguantase un descrédito semejante? ¿Qué sucedió para que un tratado de proporción saliese a la calle? 
La arquitectura ha soportado sobre sus paredes y desde tiempos inmemoriales la memoria gráfica de sus habitantes. Carteles, pinturas y grafittis ocuparon los muros romanos como soporte de una imparable semiótica urbana, tanto culta como popular. Las catedrales góticas por medio de su historiada piedra esculpida eran un decidido instrumento de pedagogía. Sin embargo el hablar de arquitectura y de tratadística en plena calle era mucho hasta para un italiano culto del siglo XVI. 
Aquella columna, raída ya por los pises de los perros y los siglos, se conserva para todo turista distraído que se pasee por Mantua, sin embargo no es un mal recordatorio de problemas con los que la profesión de arquitecto está aun obligada a convivir. Un dibujo no es arquitectura, sigue vociferando allí Bertani; tan solo es un libro de instrucciones. A quien quiera oírle, claro.

4 comentarios:

abujaldon dijo...

Cuestión de interpretación. La presencia de esas columnas en ese muro también podría interpretarse con un esnobismo si, de ser ellas auténticas, se comprobara que no es ése su emplazamiento original.
O como un alarde de erudición, si no lo fueran.

Santiago de Molina dijo...

Pues ser. En cualquier caso, gracias por tu lectura. Saludos

Anónimo dijo...

Para agregar un poco de sal al (posible) debate.
Tanto una como otra es ornamento (delito!), Ninguna de las dos cumple aparentemente función estructural como debe tener una columna.
Parece un ejercicio posmoderno en un tiempo equivocado.

Santiago de Molina dijo...

Desde luego, el debate sobre las pilastras es delicado en ese sentido que indicas. No tienen función estructural en primera instancia, pero a veces si poseen función en cuanto a la articulación del muro. Gracias por tu lectura y tu comentario