24 de octubre de 2011

“TENEMOS CASAS PERO SOMOS ZAGUANES”



Es por todos sabido que el zaguán del Oeste, el “porch”, está constituido por una techumbre de fondo cambiante, apoyada sobre una serie de pies derechos, que cubren una tarima generalmente crujiente y falta de barniz. Dicha superficie dista del suelo entre dos y siete escalones y sirve para dar acceso a la casa.
Desde el punto de vista de la arquitectura se trata de un desarrollo primitivo del tema de la fachada en que toda idea de composición es aun inexistente y el carácter y representatividad se logra por la acumulación de objetos en la entrada como signos de un lujo rudimentario. La misma función que en otro extremo y contexto desempeñaron los escudos heráldicos. El prodigio del espacio del zaguán es que no pertenece al interior y tampoco al exterior. No es sino la dilatación de un espacio de la casa que conserva la incertidumbre de la perpetua amenaza del afuera. Baricco dice que “es una zona franca en que la idea del lugar protegido, que toda casa testimonia y realiza, se asoma más allá de su propia definición, y se propugna, casi indefensa como póstuma resistencia a las pretensiones de lo abierto. En este sentido, pudiera parecer espacio débil por excelencia, mundo en precario equilibrio, idea en exilio. Y no hay que descartar que sea esta identidad débil suya la que provoque su fascinación, dada la inclinación del hombre a amar los lugares que parecen encarnar su propia precariedad, su propia condición de criatura a la intemperie, y de confín.(...) Resulta curioso, por otra parte como este estatuto de `espacio débil´ se disuelve en cuando el porche deja de ser inanimado objeto arquitectónico y es habitado por el hombre. En un porche, el hombre medio permanece de espaldas a la casa, sentado, y, por regla general, sentado sobre una silla provista del mecanismo pertinente que permite el balanceo”.
"Los hombres tienen casas pero son zaguanes”, dice allí como descubrimiento existencial un personaje. “Tal vez sea porque el hombre y su zaguán constituyen un icono laico, y sin embargo sagrado, en el que se celebra el derecho humano a la posesión de un lugar propio, hurtado al ser indiferenciado de lo que meramente existe. Toda condición humana se resume en esa imagen. Porque exactamente esta parece ser la dislocación del destino humano: estar frente al mundo, teniéndose a si mismo a sus espaldas.”(1).
El zaguán, como ningún otro elemento arquitectónico participa de la felicidad de lo combinado y del tránsito. De lo central y de lo superficial, de lo íntimo y de lo mundano. De un interior y un exterior combinado e indisoluble. Igual que existen esfinges, quimeras y centauros.

(1) BARICCO, Alessandro, City, Anagrama, Barcelona, 2002, pp.184 y ss.

12 comentarios:

pere fuertes dijo...

nuestro amigo común Andrés acaba de leer su tesis doctoral sobre los espacios intermedios (seguramente más de uno ya está al corriente).
este post parece hecho a postas para refrendar la idea que se expone en la tesis: el exterior como prolongación de la casa.
pensadlo bien antes de seguir. un título que sugiere, a tenor de las palabras de Baricco, un exterior entendido como la prolongación de uno mismo gracias a la existencia de un umbral que permite situarse al borde mismo entre los dos mundos.

Santiago de Molina dijo...

Hola re-Habitar,

Efectivamente se que la Tesis de Andrés trata sobre estos espacios intermedios, y aunque no he tenido ocasión de leerla, seguro que es fantástica.

Los espacios intermedios son un tema de primer orden para cualquier arquitecto y para cualquier arquitectura que se precie, claro que sí. Y el texto de Baricco ahonda además en su profunda raiz existencial.

Saludos!!

TOKI dijo...

¡Que buena entrada!

Santiago de Molina dijo...

Muchas gracias, Ibon!
Saludos!!

Andrés dijo...

Hmmm! tanto estudiar sesudamente el tema, y no había reparado en la posición de "tener la casa a la espalda" en el porche americano. ¿Puede uno colocarse al revés en un espacio intermedio? Creo que sí: un buen sofá de espaldas a la cristalera, vista, o panorámica es un sitio estupendo, y mejor si un poco rehundido. Un abrazo para Santi, y gracias a ReHabitar por la mención.

Santiago de Molina dijo...

Andrés, me alegra haber ocupado ese espacio intermedio a que has dedicado buena parte de tus energías estos últimos tiempos.

Es un espacio ocupado permanentemente por los arquitectos y aun mas por los habitantes, hacia todas direcciones, verdad?

Y un buen tema para una tesis!!

Abrazos!

hipocampo dijo...

Hola, escribo desde México, y no puedo evitar pasar por aquí sin decirte lo inspirador que es tu blog, estudio historia del arte y justo estaba atravesando un bloqueo horrible en mi tesis, y gracias a lo que tú escribes aquí desapareció... mil gracias!

Santiago de Molina dijo...

Hola Valeria,

No sabes lo que te agradezco tus palabras. Es de lo mejor que se ha dicho nunca sobre esta página. Suerte y ánimo con tu tesis!!

Un saludo!!

Anónimo dijo...

Brillante!

Santiago de Molina dijo...

Gracias por el piropo y por leerlo!
Saludos

Anónimo dijo...

Una foto MUY BIEN ELEGIDA.
Gracias por la publicación, un blog genial.

Santiago de Molina dijo...

Gracias a ti, Andoni
saludos!