21 de octubre de 2009

EL PROGRAMA



Programa es una palabra demasiado aburrida. Se trata de comprender la naturaleza de un conjunto de espacios donde es bueno hacer algo en concreto. Ahora bien, decís que algunos espacios deberían ser flexibles. Claro que algunos espacios deberían ser flexibles, pero también los hay que deberían ser completamente inflexibles. Deberían ser pura inspiración...” (1)

El programa es un inestable campo de posibilidades y la arquitectura es la base que consigue hacerlo específico. Pero al ser una base sensible, la misma arquitectura suele ver alterado su carácter al recibir un programa concreto. Igual que algunos suelos son más adecuados que otros para acoger ciertas especies vegetales y al cabo del tiempo, por el mero hecho de haberlas dado sustento, quedan trasformados en su composición.
Por si eso no fuese suficiente, los arquetipos de la forma determinada por el uso, (estuche de violín), y lo multiuso, (caja de herramientas), quedan superados por situaciones donde la participación del usuario reivindica su propia relación con la arquitectura. Como bien prueba la experiencia diaria, no hay mejor modo de guardar herramientas que fuera de su caja. Como bien prueba el cine negro, no hay mejor modo de esconder una metralleta que en la funda de un violín.
Preguntar a la forma o a la función, quién debe seguir a quién, es hoy menos productivo que nunca. Forma y función siempre han sido dos caras de la misma moneda. A esa moneda bifronte solo le falta un golpe, veloz y habilidoso, para verla girar convertida en una esfera.


(1) KAHN, Louis, Conversaciones con estudiantes, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2002, pp. 30

4 comentarios:

Veronica Paradela Pernas dijo...

Hola a todos:
El escenario arquitectónico está estructurado por elementos que se ordenan por composición, y en la manera de componer el edificio están implicitas sus funciones. Se podría decir que la forma es el soporte de esa actividad, en ese sentido forma precede a función. Sin embargo la forma informa y conforma y a menudo es violentada por el uso, y en la medida que esa forma perciba el cambio de uso el edificio pervivirá o no, en ese sentido creo que función precede a forma. Así que, creo que sí, no tiene sentido hablar de "forma" o "función", sino de "formafunción", porque forma y función se informan y cambian simultáneamente. Además, si espacio y tiempo no existen separados, forma y función tampoco, no?.
Alguien me dijo hace poco tiempo respondiendo al clásico dilema: ¿qué es antes el huevo o la gallina?, su respuesta fue: la gallina es la forma que tiene el huevo de perpetuarse. Puede ser...

Un saludo

SANTIAGO DE MOLINA dijo...

Verónica,

Es bonita la idea de la "formafunción", sin embargo hay ocasiones en que los edificios sustituyen unas funciones por otras y parece que ni lo notan. Los lazos no parecen tan firmes. Ocurre en montones de ejemplos.

Saludos

Pablo Twose dijo...

Una cita realmente interesante, un ejemplo realment elocuente y una vuelta de tuerca aún mejor con la metralleta.

He descubierto hace poco tu blog y parece un lugar realmente interesante.
un saludo

SANTIAGO DE MOLINA dijo...

Bienvenido.
Muchas gracias por tus palabras y por participar.

saludos!