7 de junio de 2021

UNA FISURA QUE CRECE Y CRECE


El arquitecto de esta obra tiene hoy más de noventa años. A pesar del aspecto efímero que posee el lucernario oblicuo de esa casa que construyó para él y su recién fundada familia hace más de cuatro décadas, su forma aguanta el paso del tiempo con mayor solidez que su autor… 
Entre la vida de la arquitectura y la otra, la biológica, la de las arrugas, las carnes caídas y la falta de concentración y memoria, hay un espacio. Uno que se abre más y más cada año hasta hacerse abismo. Si la arquitectura decae con manchas, goteras y grietas, si vemos a diario su ruina como un secreto paralelo al de nuestra vida, en realidad se trata de un consolador espejismo. En ese precipicio entre el envejecer de lo perdurable y la vida está depositado algo más que los recuerdos de Frank Gehry, (o los nuestros). 
La perduración de la arquitectura es siempre algo mineral, casi geológico, por mucho que se muestre efímera, inestable o frágil. Esas maderas y vidrios, continúan, pese a los años, tranquilos. Distinguen lo que bajo ellos permanece y lo que se disuelve. Y lo hacen con una paciencia que no tiene prisa, resistente e imbatible. En algún momento, ojalá tarde, Gehry dejará de calentar su taza de café mañanera en esa cocina. El teléfono de viejas teclas que reposaba sobre aquella encimera fue sustituido hace ya muchos años... 
La arquitectura es esa parte petrificada de los hombres que no logra llevarse consigo la muerte.

6 comentarios:

Maria Amaya dijo...

La arquitectura nos dice "aquí vivieron...", " por aquí transitaron..." Permanece... Algunas veces es rehabilitada, reciclada, pero generalmente mantiene la fidelidad a su esencia, a las intenciones de su autor.
Excelente nota que nos recuerda como la arquitectura trasciende frente a la fragilidad de nuestro recorrido.
Le agradezco por haber motivado reflexiones sobre el tema.

Le envío un cordial saludo desde Buenos Aires.
Maria Elena Amaya

Santiago de Molina dijo...

Hola María Elena,
Muchas gracias por tu amabilidad y ver en el texto una reflexión motivadora. Gracias además por tu comentario. Te envío un afectuoso saludo transoceánico.
Santiago

Unknown dijo...

Un texto mas para mi reflexion sobre la arquitectura que se
arruina se entierra y yace convirtiendose en arqueologia a la espera de que la resuciten como arqueoarquitectura.

Santiago de Molina dijo...

Me parece que hay muchas conexiones subterráneas entre las cosas. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario. Saludos

Más información dijo...

¡Qué hermosura de post y de arquitectura! La naturaleza y el hombre logran extrañas obras. Saludos.

Santiago de Molina dijo...

La Naturaleza y el hombre pueden llegar a llevarse razonablemente bien. Muchas gracias por tu lectura!. Un saludo cordial.