27 de junio de 2016

LA PLANTA EN EXTINCIÓN



La planta es una especie en peligro de extinción. Al dibujo de la planta de arquitectura me refiero. (El resto parece que peligra siempre en remotas zonas del planeta y alejadas de nuestra sensibilidad). 
Las plantas están amenazadas de extinción, decíamos, por motivos que a generaciones pasadas sorprenderían. Los nuevos modos de producción de la arquitectura, donde el “modelo” digital ofrece la promesa de un control absoluto de la obra, no trabajan ya con la representación como base del pensamiento de esta vetusta disciplina. Cortar un modelo por una sección horizontal no da como resultado una planta. Al menos en los términos que la planta significó para los arquitectos del pasado.   
La planta se encuentra abandonada a su suerte, apenas se la cultiva en oficinas jóvenes, en espacios orientales, o en grandes corporaciones, cuyas sensibilidades se encuentran desplazadas. Inevitablemente desplazadas. Sin embargo y dada la preocupación por la supervivencia disciplinar en que nos hayamos inmersos, la representación de la arquitectura tal vez sea de los últimos reductos propiamente del arquitecto. La representación de las plantas, por ello, es un territorio que no debiera descuidarse bajo la pena de una pérdida de “biodiversidad”. 
Porque cuando un arquitecto habla de una planta no se refiere a un dibujo más o menos logrado, sino más bien una forma de mirar específica. Tan específica que no es compartida por ninguna otra profesión, (ocupadas como están en plantas de más envergadura y follaje). Esa mirada no es la del historiador del arte ni en el ingeniero especialista en programas. Bajo la mirada del arquitecto, del arquitecto Louis Kahn, al menos, “la planta es una sociedad de habitaciones”(1). La planta es además un sistema económico de relaciones espaciales y un sistema político entre sus estancias… 
Y así todo. Pero más, mucho más, que un corte simplón y vacío. Y más que un dibujo. 

(1) Kahn, Louis, “La Habitación, la calle y el consenso humano”, ahora en Latour, Alessandra, Louis Kahn, Escritos conferencias y entrevistas, Editorial El croquis, Madrid, 2003, pp. 275. En su edición original en “the Room, the Street and Human Agreement”, AIA Journal, vol 56, nº3, septiembre 1971, pp. 33-34.

7 comentarios:

José Tomás Gómez López dijo...

Como curiosidad, en las páginas alquiler de vivienda, tipo idealista o airbn simpre hay fotos, casi nunca hay una planta , que sería lo más útil para tener información sobre esa vivienda de manera sencilla, en los folletos inmobilidarios primar las recreaciones 3D en efecto,...está en estinción, viva el 2D!

Anónimo dijo...

No debemos olvidar que la planta es una representación abstracta de una realidad, y lamentablemente no todo el mundo esta capacitado para leerla y pasear ese espacio representado. Algo parecido a lo que puede decir un escrito con caracteres cirílicos o árabes, necesitamos una traducción para entender ese pensamiento representado, o como la partitura de la música, se necesita saber leerla para escucharla aunque no suene nada.
En cuanto al dibujo de la planta o su croquis, nos ayuda a pensar pausadamente sobre la conveniencia o no, de un tabique, un muro o puerta, la representación manual indica la importancia del trazador en un determinado elemento, cosa que el automatismo intenta unificar criterios y representaciones.
Antes con la visión de un dibujo, planta, alzado o vista, se podía identificar si era de la escuela andaluza, vasca o madrileña, eso hemos perdido. Pero lo que hemos ganado es que el objeto arquitectónico ya puede ser visto por todo el mundo sin necesidad de construirlo, mejor o peor.

Santiago de Molina dijo...

José Tomás, efectivamente las plantas aportarían una sustanciosa información, es una constatación de su difícil lectura también. Gracias!

Santiago de Molina dijo...

Amasu, como dices, tal vez sea una cuestión de dificultad de lectura, pero también es cierto que los propios arquitectos han comenzado a abandonar la publicación de las plantas a cambio de multiplicar las imágenes... Y creo que eso es significante de un cambio de mentalidad. Gracias por tu lectura y tu comentario!!

Néstor Casanova Berna dijo...

Todo muy bien. Pero también hay que recordar que una planta es resultado de una visión de corte demiúrgico (Sólo Dios podría observar la realidad de la arquitectura así). Sospechamos con Nietszche que Dios ha muerto; luego los arquitectos nos debemos al abandono de la perspectiva demiúrgica so pena de conformar una suerte de cadáveres parlanchines. Saber ver la arquitectura. Se dice fácil.
Un saludo desde Montevideo

Santiago de Molina dijo...

Gracias Néstor, verdaderamente la mirada es la clave. Aunque sea una mirada divina, la mirada en planta es sabia por necesidad.
Muchas gracias por tu comentario. Saludos!!!

Anónimo dijo...

Muy interesante el planta miento.
Hernán SERRALDE