18 de abril de 2011

EN DEFENSA DE LA INTUICIÓN


En arquitectura, la intuición anda de capa caída. Si de los convincentes métodos de análisis, “diagramación” y “parametrización” parecen hoy deducirse irremediablemente las formas arquitectónicas, la vieja intuición parece no servir ya, más que para las apuestas deportivas, algún famoso premio mundial de arquitectura, y otros juegos de azar no más seguros.
No conserva la intuición, ni siquiera el prestigio de su prima lejana, la inspiración. Si la imagen de las inspiración es el sutil aliento de las musas, jóvenes y aéreas, la imagen de la intuición es más bien una vieja, sabia y achacosa, que murmura, pesada, consejos oscuros.
Pero la intuición, no es un juvenil aliento que llega desde parajes lejanos, sino más bien un cierto mirar interior preñado de recuerdos, que adelanta razones futuras desde un lugar íntimo y profundo.
La intuición es la primera fuente de confrontación, el primer lugar para el establecimiento de diálogo con el proyecto interior, y la primera posibilidad de contraste de esas primeras imágenes, interiores e incompletas, que el proyectar trata de hacer congruentes y visibles.
La intuición de la arquitectura adivina en base a experiencias previas, caminos posibles, vías muertas, soluciones latentes y nuevas razones por venir.
Que duda cabe que poner en valor la intuición no significa dejarse embaucar por ella, ni seguirla ciegamente. La intuición, por vieja y resabiada, es también maniática y viciosa, y debe revitalizarse y cultivarse. Tomar conciencia de su potencialidad como herramienta, favorecerla y escucharla, produce frutos innegables. Sus resultados siguen siendo su perpetua defensa.

2 comentarios:

ibon dijo...

Creo que la intuición es herramienta innegable incluso para un "parametriciofilo".
La inspiración en cambio es una idea romántica y está vinculada a una sociedad donde el artista excusaba sus "genialidades" o "pataletas" ante un público que no tenía total acceso a la cultura. La cultura está hoy al alcance de todos, por lo tanto el "artista inspirado" actualmente hace el ridículo.

Santiago de Molina dijo...

Desde luego la inspiración, como el "gusto", si que tienen en arquitectura una mala prensa ganada a pulso. Cada vez que se oye de algo que es cosa de inspiración o buen gusto, pueden esperarse extremos.

Gracias, por tu comentario, Ibon!