7 de diciembre de 2010

SEIS CONDICIONES, AL MENOS

Al igual que el poeta busca una palabra que sea:“femenina, de dos sílabas, con una p o una f, terminada en e muda y sinónimo de rotura o disgregación, que no sea culta ni rara. Seis condiciones al menos. Sintaxis, música, ley de los versos, sentido, ¡y tacto!”(1), el arquitecto debiera buscar una forma equivalente. Que cumpla al menos seis condiciones: por motivo de la forma global, por la articulación entre las partes, por razones materiales, por el lugar, el uso o la lógica de la construcción ...Que se sostenga al menos sobre seis razones. Y, al menos, sobre alguna sinrazón.

(1) Esas condiciones debía cumplir el poema según Valéry, citado de memoria.

4 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Sin embargo, parece que (arte o vida, tanto da) lo realmente conmovedor es que las sinrazones dupliquen (al menos) a las razones.

Enhorabuena por la reflexión, querido Santiago.

María García dijo...

No lo conocia, muy bueno.
http://arquitecturainteriorxxi.blogspot.com/

David Caralt dijo...

¡Imprescindible, querido Santiago! Alguna sinrazón siempre. Ese ingrediente que no puede llegar a definirse del todo bien y que tiene que ver con algo irracional, incomprensible... Esa es una condición sine qua non. Es un placer leer tus digresiones.

Santiago de Molina dijo...

El hueco para lo arbitrario!!. En la proporción necesaria.
En otras ocasiones curiosamente muchas de esas sinrazones permanecerán ocultas en forma de intuiciones y pasarán con el tiempo al grupo de los argumentos racionales.
Gracias por vuestros comentarios, Jack y David.
Y gracias por la amabilidad, Magava.