28 de diciembre de 2010

LA CASA INOLVIDABLE


“Sin duda las casas sucesivas donde hemos habitado más tarde han trivializado nuestros gestos. Pero nos sorprende mucho, si entramos en la antigua casa, tras décadas de odisea, el ver que los gestos más finos, los gestos primeros son súbitamente vivos, siempre perfectos. En suma, la casa natal ha inscrito en nosotros la jerarquía de las diversas funciones de habitar. Somos el diagrama de las funciones de habitar esa casa y todas las demás casas no son más que variaciones de un tema fundamental. La palabra hábito es una palabra demasiado gastada para expresar ese enlace apasionado de nuestro cuerpo que no olvida la casa inolvidable...”(1)

Mucho del mérito de hacer una casa está en saber, de verdad, cual es la casa inolvidable que todo ser humano lleva en sus entrañas. Esa casa-enraizada condiciona la percepción del habitar y es su vivencia quien provee el resorte íntimo, vínculo inmenso, entre el cuerpo del futuro habitante y su morada. Aparentemente pueden coincidir bajo una tipología común, pero cada una de esas casas es irrepetible y de traerlas a flote han surgido obras fabulosas de la arquitectura y de la literatura.
La casa inolvidable es en buena medida la casa de los olores y del tacto de la infancia. Es la casa donde cada puerta es algo ventana, pues deja pasar conversaciones, corrientes de aire y sus perfumes. Es la casa envoltorio que albergaba el olor a magdalena célebre. Y donde cada ventana tiene algo de retrato y de panorama.
Averiguar esa casa inolvidable es el primer hacer del arquitecto respecto al encargo de la vivienda. Luego vendrán otras tareas complementarias, pero ahí está mucha de su trabajo de traductor al lenguaje de la arquitectura, de los deseos indecibles del habitante. Su pre-arquitectura. . 

(1) BACHELARD, GASTON, La poética del espacio, editorial siglo XXI, Buenos Aires, 1976, pp. 36

10 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Memorizar este microensayo tuyo -cita ajena aparte- debería ser obligatorio antes de utilizar autocads, plótters, cartabones o demás herramienta de (permíteme parafrasearte) post-arquitectura.

Enhorabuena una vez más, querido Santiago.

Santiago de Molina dijo...

Jack,
Muchas gracias por el comentario. Creo que el ámbito de preocupaciones con el que ver las cosas, el enfoque del mundo, también pertenece a ese caldo que es la pre-arquitectura. Algo tiene que ver con el sujeto. Pero no podemos olvidarnos que donde se ve la talla como arquitecto es en otro lugar, más bien en la post-arquitectura.
La pre-arquitectura se da por supuesta, como el valor en los soldados. Pero sin ella...
abrazos!!

Stepienybarno dijo...

Estamos totalmente de acuerdo con Jack, de la importancia de esta reflexión, antes de entrar a usar (o abusar) de la tecnología.
La verdad, es que has puesto encima de la mesa el tema más bonito de la arquitectura. Ser capaces de ayudar al futuro morador a descifrar cuál es esa “casa inolvidable que todo ser humano lleva en sus entrañas”. En el caso de Aalto, solo tuvo que recurrir al fuego como corazón de su hogar, para desde ahí unir la memoria de antiguos romanos con su propia identidad.
Leyendo tus bonitas palabras, Santiago, parece que Zumthor quisiera también entrar en diálogo contigo, “aún creo sentir el picaporte, aquel trozo de metal, con una forma parecida al dorso de cuchara, que agarraba cuando entraba en el jardín de mi tía. (…) puedo oír la pesada puerta de acceso cerrándose tras de mí según avanzo por el oscuro corredor y entro en la cocina, la única estancia verdaderamente iluminada de la casa. (…)La atmósfera de ese espacio se ha fundido para siempre con mi representación de lo que es una cocina. ”

Santiago de Molina dijo...

Que certero el comentario sobre el fuego, como centro de la casa en Muratsalo, aun siendo exterior. Aato entiende muy bien siempre cual es el centro respecto a esa casa inolvidable.
Y Zumthor ni que decir. No conocía el texto que traéis pero es bien comprensible esa aproximación suya conociendo la arquitectura que hace. La continuidad entre el comentario y su obra es preciosa. Gracias!!

David Caralt dijo...

Un arquitecto que trabajó esencialmente desde las "entrañas" fue Enric Miralles. Otra cosa que podríamos discutir es la manera en que se "solidificaban" esas ideas en algunas ocasiones, pero sin duda su aproximación era poética en el sentido bachelardiano.
[Muy bella la cita de Zumthor por cierto.]

Espero que el año que viene nos siga obsequiando con estos microensayos espectaculares Santiago. Un abrazo y feliz año!

Santiago de Molina dijo...

David,
Gracias por tus palabras.La referencia a Miralles resulta interesante, seguramente porque su esfuerzo vital estaba concentrado en disolver la distancia entre la vida y la arquitectura. Y conste que no muchos críticos estarán de acuerdo con esa visión de Miralles que pones sobre la mesa a pesar del cambio de prespectiva que ofrecería su obra desde ese referente autobiográfico.
Mis mejores deseos!!
abrazos, David!!

Andrés dijo...

Brilliant, my friend: nunca había pensado en el encargo de la casa en términos proustianos, y es un verdadero hallazgo. Saludos, A.-

hacedor de trampas dijo...

A mi que me suele comentar gente que no está en el mundo de la arquitectura: las casas del arquitecto ese que sale en la tele, las de los ricos! ...vaya casas, ¿ya me harás una de esas,no? (comentarios en reuniones navideñas varias, seguro que los habeis tenido).
Y yo internamente me enfado un poquito, porque no creo que eso sea una "casa". No digo que estén mal, pero sí que les falta personalidad y que no son viviendas "humanizadas", más bien me parecen de revista... yo me acojo más al ejemplo que hoy comentas, creo que tiene mucho más de acogedor y de habitable. Gracias.

Santiago de Molina dijo...

Andrés,
Muchas gracias por tus palabras!!. aunque siempre se nos adelante Bachelard a todos!!
Saludos!!

Santiago de Molina dijo...

hacedor de trampas, lo habitable es inevitable!!!
saludos