14 de julio de 2014

RAZONES PARA UNA DELGADA LINEA NEGRA


Sabemos que una línea negra, delgada y de pequeñas teselas vitrificadas en negro, recorre horizontalmente la fachada del Pabellón Carlos Ramos en Oporto, de Álvaro Siza. A primera vista inexplicable y hermosa. Una línea que no corresponde con forjados, ni con despieces, ni cambios de materia, ni resaltos. Una delgada línea que cabe atribuir a un error y sobre la que conviene, por tanto, trazar una teoría del azar y una teoría de la suerte. (Aunque a fin de cuentas eso sean teorías sobre las razones desconocidas). 
Una línea negra, hermosa e inexplicable, es una línea con un motivo invisible hasta que Siza, o el tiempo lo aclare: “Al tocar el suelo, las paredes blancas limitan, con trazo negro, la superficie abierta a la humedad, a la contaminación verde” (1). 
Así pues no es una linea que prueba que los grandes arquitectos tienen suerte o que todo lo dibujado se construye hasta en sus errores, sino que se trata de una línea donde detener el ascenso de la humedad.
Sólo eso.
Una línea desde la que poder repintar la fachada aunque no por completo. Una línea de mantenimiento y economía. Una línea ahora algo fastidiosa. Porque no es mejor explicación que esa otra que versaba sobre el azar y hacía de esa línea negra una excepción a la espera de motivos.
A veces los motivos en espera son mejores que la explicación de los propios motivos.

(1) SIZA, Álvaro, Escritos, editorial Abada, Madrid, 2014, pp. 378.

5 comentarios:

Félix Arranz dijo...

En el documental "Alvaro Siza. Transforming reality, de Michael Blackwood" un cantarín Siza va desgranando pequeñas explicaciones "lógicas" como respuestas a las observaciones "agudas" de un excitado Kennet Frampton. Hablan sobre detalles, ingenios y ocurrencias en las obras portuguesas del maestro de Oporto, mientras las visitan. En algún momento se detienen en la línea que citas, Santiago, y ofrecen la explicación oficial. Pero todo el documental, de una hora, ronda alrededor de otra línea virtual antihumedades que es la que marca la necesidad que se impone Siza en dar explicaciones razonables y la necesidad que se impone Frampton en ofrecer observaciones agudas. El canturreo constante de Siza, la escena completa del acceso a la escuela de Setúbal y algunos gestos espontáneos de las cejas aquí y allá, de ambos interlocutores, delatan que el documental es en realidad un documento humorístico, rozando lo socarrón, de dos personas que se están divirtiendo, actuando, y parecen reservar la posibilidad de cruzar esa línea, esas líneas, para cuando la cámara se haya apagado, sea el tiempo del no trabajo, de las vacaciones -que es la última palabra oída a Siza en el documental-, del azar, el silencio y la intimidad... (el documental, de 2004, se publicó no hace mucho, en 2012, en la colección arquia/documental de la FQ, Es el 24)
Félix Arranz

Santiago de Molina dijo...

Muchas gracias por la referencia, Félix. Seguro que ver la explicación de motivos en directo resulta estimulante. Un abrazo

José Ramón Hernández Correa dijo...

Para Oteiza los rectángulos de los cuadros de Mondrian eran espacio puro, y las líneas negras eran tiempo. Un tiempo que interrumpe el espacio. No lo sé. ¿Podría ser algo así? ¿Una línea negra que interrumpe un paño puro, un espacio puro y lo pauta, lo interrumpe introduciendo un tiempo de lectura, un discurso? (Vamos, por decir algo).

Miguel (arquitextonica) dijo...

Me parece mucho más hermosa la explcación de la humedad que la contingencia del azar.
Me ha recordado a cuando me asombraba de los alféizares sin "goterón" de las casas de un pueblo onubense. Debajo no había ni rastro de mancha ni humedad.
Un hombre muy sabio, me miró con socarronería al ver mi cara de asombro cuando se lo comentaba, y no sin cierta condescendencia me dijo:
"Miguel, se repintan".

Santiago de Molina dijo...

Queridos Jose Ramón y Miguel. Gracias por vuestras aportaciones vitalistas y complementarias. Entre Mondrian y la sabiduría popular hay lazos a explorar.
Abrazos