9 de mayo de 2011

VENTAJAS DE LA DISTANCIA


La justa y simultánea distancia entre la paternidad y la orfandad, es la que cada proyecto necesita para su buen desarrollo. Saber involucrarse en su forma como si perteneciera a nuestro cuerpo y saber colocarnos a la distancia precisa para observarla, como al hijo del mal vecino. 
La imagen de esa distancia precisa es la que guarda Matisse con su trabajo, en su estudio, con su atizador para dibujar de lejos. Así, el dibujo fiero y capaz de lanzar dentelladas frías si uno se aproxima demasiado, no resulta tan peligroso. 
Distancia interpuesta como un domador. Distancia impuesta para renunciar a la habilidad engatusadora. Distancia necesaria para ver el conjunto. Distancia, porque a pesar del esfuerzo, el trabajo no pertenece del todo al autor. 
Mientras, el otro brazo intenta compensar el dolor de la lejanía, que se ceba en los riñones de un cuerpo ya maltrecho.

10 comentarios:

Javier González-Adalid dijo...

Es una forma bonita de relacionar directamente la distancia a la que se dibuja con el formato del papel y el tamaño del dibujo; un arquitecto lo que hace es trabajar con la escala, son procedimientos similares no?

Santiago de Molina dijo...

Es verdad, Javier. Y esa distancia no solo es una cosa física también es de otro tipo.

Saludos y gracias por tu comentario

David Caralt dijo...

Suscribo literalmente tu observación Santiago: "... a pesar del esfuerzo, el trabajo no pertenece del todo al autor". Me parece un momento de verdad profundo. ¡Una de las cosas más bonitas a la vez que uno de los misterios de la creación!
Gracias como siempre por tus reflexiones y tu persistencia.

Héctor dijo...

Qué pavor comprobar que el hijo al que has alimentado con tanto cariño se ha convertido en un monstruo sin tú siquiera advertirlo.
¿Cómo se consigue esa distancia más allá de lo físico?
¿Sería lícito utilizar pequeñas dosis de indiferencia para ello?
¿No caeríamos así en el riesgo de convertirnos en manuales vivos a lo Durand con lo homógeneo o genérico que ya se muestra el panorama actual?

Santiago de Molina dijo...

Gracias David!. Tus palabras suponen un ánimo añadido. Saludos!

Santiago de Molina dijo...

Héctor, Gracias por tu comentario!. La indiferencia no es una buena palabra para la arquitectura, aunque sean en pequeñas dosis, ¿no te parece?. Saludos!

Unknown dijo...

Distancia...
Darle las exigencias per tambien las libertades suficiente para que no quede atrapado en nuestras manos, que pueda volar y adaptarse a lo que le toque vivir.
Ese proyecto que era tan nuestro, en cierto momento deja de pertenecernos, y eso es bueno, muy bueno.
Hay que aprender a aceptar la distancia.

Jose Manuel Brotons dijo...

Bellas palabras. Añadir a la distancia espacial-emocional del momento de creación la posterior distancia "Temporal" y la emotividad asociada, triste cuestión en cuanto a la arquitectura se refiere.

Santiago de Molina dijo...

Gracias por tu reflexión vic. Saludos!

Santiago de Molina dijo...

Gracias por el matiz José Manuel. Saludos!