2 de julio de 2012

FUNDIR


El desvío de un muro, sea rincón o esquina, deforma y altera el lenguaje y el ritmo de la arquitectura. En ese punto se desvelan los secretos de la construcción, se detectan espesores y se destapan sus actores principales. El cambio de dirección de los elementos funciona como un amplificador de los conflictos espaciales.
Para Mies la esquina es el lugar para mostrar los entresijos constructivos, el orden de los sombríos pliegues entre paños de ladrillo. Pero también es el lugar donde resolver el mismo encuentro de la arquitectura con el suelo. O dicho con otras palabras, para Mies dos esquinas son siempre tres.
Para Wittgenstein la esquina es un pleonasmo, y todo muro debiera ofrecer continuidad absoluta. Tanto es así que el radiador interpuesto borra el doblez del muro con su propio pliegue. Como si la doble negación funcionase como un silogismo positivo.
Para Miguel Ángel la esquina es un lugar de energía concentrada. Los muros empujan imparablemente hacia los bordes, como placas tectónicas, y todo queda aplastado e irrecuperable.
Es en las esquinas donde se ven los secretos de la arquitectura. Y es en las esquinas donde la arquitectura ha adoptado la fusión como estrategia resolutiva por antonomasia. Porque es sabido que es allí donde se produce un aumento de temperatura del espacio tal, que incluso llegan a fundirse sus elementos. Como quien aprieta calurosamente cera con las manos, o como el carbón ante la extrema presión en el interior de la tierra.
La fusión se convierte entonces en un indicador de la vocación de la arquitectura, y las esquinas se vuelven ventanas hacia el ser del proyecto. Allí la estrategia de fundir desvela, como un preciso instrumento, la interioridad esencial de la arquitectura.

4 comentarios:

Andrés dijo...

¡Buena opción la de poner un radiador! Por partida doble: su geometría de acordeón suaviza y esconde la arista perfecta que tiene detrás, y además con su calor aumenta la temperatura para permitir la fusión total ;-) ¡Un abrazo! Andrés.

Santiago de Molina dijo...

Se pasó un año inentando que el dichoso radiador funcionase...
Y eso a pesar de ser un notable ingeniero.
Abrazos!!

Guynot de Boismenu François dijo...

Muy importantes las estrategias de fusion.
A tal punto de sacar el sueño a un arquitecto, conoces la historia que Mies no pudo dormir en la glass house de P. Johnson.
La causa los malditos pilares en los angulos de la casa,
que en vez de formar 16, solo eran 4 simples esquinas!
Santiago, una pregunta, para Mies las equinas no serian 4, los dos muros, el suelo y el cielo?

Gracias, no paro de traducir tus estrategias a mis alumnos de Paris La Villette.
François

Santiago de Molina dijo...

François,

Muchas gracias por tu comentario. No conocía la anécdota de Mies. Uno apenas puede imaginarse a Mies durmiendo en la copia de su amigo sin pesadillas... Es verdad que en Mies importan 4 esquinas si las consideras en los términos en que tu los planteas.

Igualmente gracias por encontrar de utilidad los escritos para tus alumnos y traducirlos. Me alegra de verdad que encuentres cosas productivas en ellos.

Gracias y un saludo cordial!