Mostrando entradas con la etiqueta DEFINICIONES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DEFINICIONES. Mostrar todas las entradas

23 de noviembre de 2009

TIEMPO FORMADO



Cada naturaleza, cada paisaje encierra un tiempo. La amplitud de las edades geológicas y biológicas desbordan la capacidad de comprensión del hombre. Para ello se emplea la arquitectura: igual que un marino usa un ancla.
Sin embargo, el propio tiempo de la arquitectura es un tiempo premioso respecto al del consumo, la electricidad, los medios de comunicación y la vida diaria. Esa doble temporalidad es también compartida por algunas sustancias que aceleran procesos en el campo de la biología. O que los pausan, casi como el retardo musical, o como un relé. Esta duplicidad, donde lo tremendamente lento y lo veloz se entretejen, forma un conglomerado capaz de representar la vida del hombre respecto al universo.
La arquitectura puede interpretar pianissimo el paisaje, la ciudad y trasformarlos. Puede puntuar el tiempo y representarlo. Puede atraparlo y detenerlo.
Así, la arquitectura es tiempo formado.

6 de noviembre de 2009

CONJUNTO



Las obras de arquitectura forman un conjunto abierto en el que cada nueva incorporación requiere recolocar  las existentes. El poder de la nueva obra de arquitectura para interpretar y por tanto modificar las precedentes es sobrecogedor. Esa colección se reajusta y no parece completarse sino que se crean afinidades y vínculos no exclusivamente formales, sino también temporales, morfológicos, filogenéticos, sociales, tipológicos… Consecuentemente ese conjunto también es un organismo acogedor y abierto al por-venir.
Desde ese punto de vista, cada nueva obra es la mejor interpretación de la arquitectura pasada, y el arquitecto, un auténtico crítico, libre de la pedante literatura exegética. Pero con una responsabilidad apabullante: y es la de no poderse permitir la ignorancia.
Conciente de esas potencias de la obra de la arquitectura y su capacidad de cambiar el pasado, remitirnos a otras obras y enlazarlas, el arquitecto podría darse por satisfecho si por medio de las suyas alguien descubriese la grandeza de otras mayores.

25 de mayo de 2009

ALGEBRA ARQUITECTONICA



La imagen, aquí traducida, pertenece a portada del nº 11 de la revista Assemblage del año 1990.
Coincide en el tiempo, sintomáticamente, con los despuntes del camino de la arquitectura hacia la hibridación disciplinar. Un camino, en ese instante solo sugerido, pero que se empezaba a recorrer sin excesivos titubeos.
Muestra las ecuaciones básicas que todo arquitecto debe conocer. Todas ellas cuestiones de forma asociada con memoria y poética y sus componentes. Y en que, como optimista resumen, parece llegarse a la conclusión de que la arquitectura ofrece más, siempre y en todos los sentidos, que la suma de sus partes.
Estas ecuaciones se muestran con igual trascendencia y seriedad que tendría para un físico el enunciado de la Ley Relatividad General. Y sin embargo, la forma de expresión tiene el valor de un buen collage, en el que conviven lenguajes gráficos y matemáticos con la alegría y la fuerza de una broma a sus mayores.

23 de mayo de 2009

MEDIDA Y TAMAÑO


El estéta italiano Gillo Dorfles, ha definido la arquitectura como el arte de la medida. Ronald Barthes, por su parte, dice que es el arte del tamaño de las cosas.
Evidentemente no son definiciones coincidentes. Y es lástima no poder presenciar una discusión entre ellos para aclararlo.
La “medida” es un concepto categórico; las cosas se miden en metros o micras. La definición parece arrastrar el lanzamiento de una malla de pescador infinita sobre el universo. Una malla de cotas y distancias que permiten cazar el mundo y cuya densidad impide que, aparentemente, nada se escape. Para Dorfles, simultáneamente, la medida equivale a delimitación. En cierto modo, la arquitectura es el arte del contenedor, y su preocupación como disciplina, es puramente espacial.
Sin embargo, el tamaño es un término que se define en relación a otros objetos. Definir la arquitectura como el arte del tamaño de las cosas, es incluir el contexto en torno al cual se vuelven grandes o pequeños. De manera que al decir de algo por su tamaño, se habla del objeto y de esos otros ausentes que permiten referenciarlo. Sin olvidar que esa referencia puede llegar a ser el propio observador. Esa relación se ha dado en llamar tradicionalmente escala.
El contexto obliga a hablar de tamaños y el espacio de medidas. (Aunque la cosa se complica, afortunadamente, si los espacios empiezan a relacionarse entre si, y de nuevo, hay que hablar de ellos en términos de tamaño).
Que Koolhaas defina a finales del siglo pasado la arquitectura con el mismo patrón de las tallas de la ropa S, M, L, XL significa aun más cosas. Que sea un tema tratado sin descanso no le quita importancia. Las cosas más obvias suelen encerrar grandes misterios.