15 de julio de 2013

CUANDO LA ARQUITECTURA FLOTA

Hay una arquitectura incómoda tanto en la realidad como sobre el papel: es esa que parece que pudiese moverse con las manos, esa que flota, no por habilidades propias sino por indefinición respecto al lugar donde está. La flotabilidad de una arquitectura que se muestra sin raíces y sin suelo. Un modo de proyectar que hace de todo un barco.
Y conste que existen gloriosos antecedentes. Está aquel maravilloso teatrino de Rossi, y alguna que otra insigne y poco conocida arquitectura de Kahn en Venecia. Pero la extraña flotabilidad a la que me refiero es de otro orden de cosas. Se trata de la anomalía de las cosas inesperadas, la de los juegos de magia. 
Esa condición flotante puede ser asociada a la arquitectura que no construye lugares y que hace todo algo  equivalente e indiferenciado. Es la que provoca que una calle de Burgos sea exacta a una en Dusseldorf… y que lo acaben siendo sus habitantes. Un fenómeno que provoca que todo se convierta en objeto. 
Tal vez esa especial flotabilidad también sea la que hace de Venecia lo que es, pero no rinde la ganancia. La arquitectura, si se mueve, arrastra tierra. Igual que cuando se ha trasplantado una maceta y se hace obligado barrer, porque el suelo se pone perdido.
La arquitectura pone siempre el suelo "perdido".

4 comentarios:

ChusdB dijo...

Vaya, esta entrada sugiere tantas cosas que no sabría donde empezar. Propongo que en verano postees en una terraza y los comentarios de los que te leemos puedan ser contestados y compartidos como en una velada veraniega!
Para mí "la magia" muchas veces está en "arraigar" una solución de arquitectura a La (buena) Idea generadora que, como invisible raíz, sujeta y nutre a toda la arquitectura posterior sobre un inicial suelo imaginario; entonces, poco a poco la magia surge cuando,a medida que se materializa y define el proyecto, el suelo y su raíz invisible desaparecen y se transforman y la arquitectura proyectada se queda firmemente apoyada en Su suelo real. (...flotaría la arquitectura , si no se concretara la idea precisa,si no se pusiera ahinco e interés en su búsqueda: La arquitectura resultante sería algo así como un ramo de flor cortada que pudiera colocarse aquí o allá, en diferentes vasijas,en diferentes lugares... Es así como entiendo yo esa no-magia de una arquitectura desarraigada)

Santiago de Molina dijo...

Acepto tu "reto": queda inaugurada la terraza de verano!

Por lo demás el comentario tuyo ya de por si es casi un post y poco voy a poder decir. Salvo pedir una caña...

Resfrescante.

Gracias, ChusdB!

Anónimo dijo...

Un árbol no es un ramo; ni un tronco una vara.
Veraneamos con las sombras de una buena copa.
Hay caldos y sifones. Sus tiempos, su química, la degustación y otros menesteres son evanescentes y digestivos -poco más-
En un bosque hay mucho silvestre, pero con su escala y barzoneando a la postre de otros.

Santiago de Molina dijo...

Gracias por los comentarios, lemas y poemas!!
saludos