11 de marzo de 2013

MÉTODO DE PROYECTO



Cuando Auguste Rodin, bien conocido por obras como “el beso” o “el pensador”, presentó en público su retrato de Balzac, el clamor fue unánime. Unanimidad por la que devolvió el dinero del encargo, se llevó la escultura y rechazó toda propuesta de compra, después de que su obra fuera comparada con un “sapo dentro de un saco” y otras lindezas no menores.
A Rodin se le había encomendado la tarea de hacer el retrato de Balzac para celebrar el cincuentenario de su nacimiento por parte de la sociedad de escritores, presidida por Emile Zola, en 1891, casi a punto de cumplirse esa fecha. Sin embargo lo desarrolló aproximadamente durante seis años. Y eso que Rodin era un escultor especialmente dotado para su oficio. Capaz de producir una escultura en una noche o en un par de días, para el retrato de Balzar tardó sin embargo un periodo extraordinariamente largo porque sabía que no bastaba allí con la simple habilidad. Porque sabía que tenía que hacer algo más allá de lo que haría a la primera.
Para ello reconstruyó como un forense todos los datos que pudo sobre Balzac. Descubrió un sastre que aun conservaba las medidas del cuerpo del escritor y pensando que era importante retener sus fisonomía en un objeto tangible, le encargó un traje. Obsesivamente recorrió la región de Touraine, de donde procedía Balzac, en busca de cuerpos parecidos al del escritor. Realizó cerca de veinte estudios de desnudos para llegar a un retrato que, como se sabe, no es un desnudo. Finalmente encargó una bata con las medidas de Balzac y la impregnó de yeso para hacer la escultura. Rodin, obsesionado por llegar más lejos de lo que había llegado nunca la escultura, se vio obligado a inventar un método.
A lo largo de ese proceso, llega a ser prescindible si Balzac era más alto o bajo o grueso, sino que el procedimiento técnico para llegar a una forma se vuelve el centro del problema. Del esbozo inicial al final media una gran distancia. Una vez concluido el encargo siguió años aun con el trabajo. Siguió haciendo retratos, perfeccionándolos.
Hoy que la arquitectura procesual ha caído en un justo descrédito debido a tantos simples diagramas transformados por un extraño automatismo en arquitectura, -como un mecánico hace con una cadena de montaje-, el proceso honesto de Rodin nos recuerda que cada proyecto tiene algo de investigación y algo de caza, que nada hay que garantice el resultado y que apenas vale nada del primer esbozo a no ser que se vea en él un obsesivo primer paso de muchos otros por venir. Y, finalmente, que cada proyecto inventa un método de proyectar. (Salvo que uno quisiera hacer otra cosa que Arquitectura).

4 comentarios:

ChusdB dijo...

Preciosa esta historia. No la conocía ...casi he echado de menos que dijeras al final que Rodin estuvo esperando esos 6 largos años a que sobre ese molde de yeso revestido con un traje de Balzac cayera el providencial rayo que le diera la vida. Una vida propia. Como a veces se espera tambien en la cotidiano pensar de la Arquitectura....aunque eso del "rayo revivificador" pertenece a otro cuento.

Santiago de Molina dijo...

Desde luego ese seria una hermosa historia que contar!!!

Gracias y un saludo afectuoso!!

Nacho dijo...

Hola Santiago,
Muy interesante la historia y cómo pone de manifiesto que muchas veces la cantidad trabajo que hay detrás de un/a proyecto/obra y que sólo es visible a ojos del autor...
Por otro lado, no termino de estar de acuerdo con que cada proyecto inventa un método de proyecto.
Lo estaría si se tratara de una obra realizada, ya que en su materialización sí que se dan condiciones únicas.
Pero en el caso por ejemplo de una propuesta (antes de construirse) sí veo en muchos casos métodos/procesos de trabajo 'sistematizados'. De hecho creo que en bastantes estudios de arquitectura (ETB architetti es un gran ejemplo de lo que comento) se pueden intuir unas metodologías, unas líneas de investigación y unas formas de hacer, que pulen con el tiempo y que dan excelentes resultados (a la vez que generan una identidad proyectual, pero eso es otro tema).
Y bueno, esa es mi opinión, no sé qué te parece.
Muchas gracias.
Saludos!
Nacho

Santiago de Molina dijo...

Hola Nacho,

Muchas gracias por tu comentario. Deja sobre la mesa la cuestión de la continuidad de la investigación.

Creo contigo, que se trata de líneas de intereses que afloran en momentos del proyecto. A posteriori permiten agruparlos.

Sin embargo identificarlas a posteriori no es equivalente a usarlas como instrumento. Es un tema difícil porque esas líneas de investigación convertidas en máquina de producción, en un sistema, pueden hacer del "método" una simple marca.

Conocemos bien quien ha hecho de una investigación una simple manera de hacer dinero, vacía de contenido.

Gracias y saludos!!
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