11 de octubre de 2011

ONTOLOGÍA DEL HORMIGÓN



Si el vidrio es el material del futuro, el hormigón lo es del presente eterno. Como material asociado al nacimiento de la modernidad encierra todas sus mentiras y peligros.
Al contrario que la fábrica de ladrillo, el hormigón mantiene oculta su alma. Sus entrañas permanecen oscuras y solo vemos la complejidad de una superficie que ha retenido la memoria del molde en que fue pergeñado.
Material pastoso, artero, “agregado contaminado y artificial”, que aprovecha la forma recibida de un encofrado efímero y despreciable para lucir su dureza. Material sólido, pero híbrido, viejo antes de nacer porque encoge y achica con el tiempo.
Aunque híbrido no es la palabra precisa, el hormigón es más bien el material antológico del parasitismo: gracias a sus cualidades protege al acero interior de la corrosión, dilata y se comporta en conjunto con él. El acero presta al hormigón la elasticidad impropia de un material pétreo. Ambos se convierten en una acelerada roca metamórfica que tiñe lo moderno de gris sin fin.
El hormigón como masa construida, difiere en su nobleza de la arcilla y el adobe. El barro no juega con ese interior oculto para lucir sus proezas. Material que debe su éxito a su ligera costra superficial y unos poderes invisibles que le permiten volar.
O navegar.
Que durante años se fabricaran barcos de hormigón significa que, bien entrado el siglo de sus logros, aun no se supiera qué hacer con él de manera honesta.
Aprovechando la protección frente a la corrosión del mar, fue presentada en la exposición universal de 1854 una pequeña barquichuela de hormigón ideada por el Sr. Lambort, que apenas dio que pensar sobre sus cualidades ontológicas. Más tarde se llegaron a fabricar doce barcos en el astillero de William L. Comyn. Un barco de piedra resulta insensato, a pesar de que la física de Arquímedes imponga para su flotabilidad cuestiones contra las que la lógica no está preparada. (Aunque tal vez lo mismo podría decirse de los barcos construidos con acero).
Hoy el hormigón está esperando liberarse aun de sus corsés y sus moldes. El gunitado, vómito descontrolado y salvaje, no ha encontrado aun la obra que redima definitivamente al hormigón del insufrible ornamento del encofrado.
Sin embargo cabe aun la esperanza de su auténtica salvación como material en el siglo XXI.

13 comentarios:

Francis dijo...

Tomo nota para la tesis.
Muy buen artículo.
Un abrazo.
Francis

Santiago de Molina dijo...

Me alegra que te haya interesado, Francis.
Gracias por tu comentario y abrazos

Jorge Alejandro Alvarez dijo...

Creo que se han deslizado un par de errores semánticos en el artículo. En primer lugar se confunde la palabra ANTOLÓGICO(sinónimos: selección, colección, compilación, recopilación, compendio) que se aplica a los libros en los que se reúne lo principal o más importante de un autor, con la palabra ANTAGÓNICO (sinónimos: opuesto, incompatible, contrario) que sería la apropiada para decir que el hormigón NO ES PARASITARIO, sino activo, ya que "protege al acero interior de la corrosión, dilata y se comporta en conjunto con él" según se expresa en el texto en cuestión. Por otra parte el título: ONTOLOGÍA DEL HORMIGÓN también es inapropiado, ya que esa palabra (ONTOLOGÍA) significa "CIENCIA DEL ENTE o CIENCIA DEL SER". En todo caso el título podría haber sido "ELEGÍA (elogio) DEL HORMIGÓN" o, con las salvedades del caso, "ANTOLOGÍA DEL HORMIGÓN" ya que se describen un conjunto de cualidades, calidades, virtudes y defectos de ese material, COMPILANDO, SELECCIONANDO, RECOPILANDO, etc. los diversos aspectos referidos.
Saludos. Arqto Jorge Alejandro Alvarez. Profesor Titular Cátedra CONSTRUCCIONES I "A". Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Córdoba. República Argentina

Santiago de Molina dijo...

Hola Jorge,

Muchas gracias por tu atenta lectura. El texto ha querido decir precisamente eso que dice. No se hace ninguna elegía del hormigón, ni siquiera una antología. Nos ha parecido más adecuado hablar de algo similar a cierta filosofía del hormigón. Tal vez fenomenología seria mas adecuado...

Gracias por participar y desde luego por tus precisiones!!
Saludos!!

Jorge Alejandro Alvarez dijo...

Hola Santiago:
Te comento que te llamas como uno de mis hijos. Me gustó tu explicación sobre el artículo.
Comenté en reunión de Cátedra a mis docentes el sesgo poético con que has enfocado un tema tan "poco poético" como el hormigón.
No es habitual encontrar una persona que tenga el grado de sensibilidad necesario para hacer prosa poética con un material de construcción. Si me autorizas, me gustaría presentar algunas de tus frases en la diapositiva de inicio de mi clase sobre hormigón, obviamente citando la fuente, para que mis estudiantes puedan apreciar que ser arquitecto es mucho más que ordenar espacios y funciones, crear formas y hacer que las mismas sean materializables en ese todo integral que llamamos arquitectura.
Cordiales saludos. Jorge

Santiago de Molina dijo...

Jorge,

Me alegra que hayas visto interesante hablar del hormigón en esos términos. Y por supuesto puedes usarlo si te es útil. Una de las intenciones iniciales de este espacio fue la
de servir como expansión a lo dicho en el aula.
Saludos cordiales!!

Alvarofero dijo...

Interesantísimo artículo sobre el hormigón.
No obstante, tengo cierto no se si miedo, pero si preocupación por el envejecimiento, por el clima frío y dehumanizador que desprende el hormigón. Me atrevería a decir que incluso las sensaciones que me transmite me entristecen. Eso lo "cuenta" muy bien Libeskind en la Torre del Holocausto. Dentro de esa torre he vivido una de las mejores experiencias arquitectónicas de toda mi vida por el hormigón, por la luz, por el sonido por lo bien que transmite esa tristeza, esa lejanía de la realidad, ese sufrimiento..
Como estudiante de arquitectura me preocupa mucho estas sensaciones "negativas" que me transmite el hormigón.
¿Que opinas de esa parte "negativa" del hormigón, Santiago?

Santiago de Molina dijo...

Hola Alvaro,

Es verdad lo que dices... Y sin embargo es el material que ha construido la obras mas emocionantes de los últimos 100 años. Que paradoja.

En fin seguramente respecto a los materiales cabe decir lo mismo que respecto a la llave inglesa o un destornillador; son instrumentos estupendos si se saben utilizar bien. Pero también han sido empleados para cometer crímenes horrendos.

Saludos y gracias por tu comentario!

Andrés dijo...

Hace un tiempo, y para un texto sobre el nacimiento de la cubierta plana, estudié las andanzas de los precursores del H.A. en el cambio de siglo del XIX al XX; tengo como recuerdo de las andanzas de Hennebique, Perret & Cia. uno de los episodios más interesantes (y divertidos) de la historia de la arquitectura que pudieron existir. Un abrazo, AM.

Santiago de Molina dijo...

Menudas piezas!!. Contaba Le Corbusier que Perret paseaba vociferando por su estudio -yo hago hormigón- como el que lleva una pistola.

Abrazos y gracias!

CUP arquitectura dijo...

Hola Santiago,

¿Barcos de hormigón?... el ingenio humano tiene estas contradicciones. Te dejo otra: "el Proyecto Habbakuk". Churchill dio el visto bueno a esta maravillosa locura constructiva. Se llegó a construir en Canadá a una escala más pequeña y el resultado fue satisfactorio aunque no pasó de ahí. Hubiera sido la nave más grande jamás construída por el hombre: ¡un portaaviones de HIELO!

Un saludo y mi enhorabuena,
Justo

Santiago de Molina dijo...

Que preciosidad esto del Proyecto Habbakuk, Justo. No lo conocía. Gracias.
Resulta sorprendente lo que guerra incentiva la imaginación. De hecho, da miedo...

Abrazos

Ricardo dijo...

Que bien suena las palabras a algo que cuando se va conociendo y ejecutando obras con el puede ser una roca plastica ,la cual se acomoda a casi todo y ademas es la magia del crecimeinto que que uno lo ve crecer diariamente.Noble material