25 de abril de 2011

ERICH MENDELSOHN: FORMA Y VELOCIDAD


Cuentan que cuando Erich Mendelsohn vio que en “Espacio, tiempo y Arquitectura”, obra clave, referencia y testimonio de la recién parida modernidad, no aparecía ni siquiera su nombre, arrancó violentamente las páginas que establecían la relación entre Cubismo y la teoría de la Relatividad y se las envío a Einstein para que comprobara como se las gastaban los historiadores del arte. Einstein respondió al “desatino” de Giedion, diciendo que era fácil inventar cosas nuevas cuando uno se atrevía al absurdo, pero más difícil hacerlo y que fueran razonables. (1)
Tal vez Einstein se equivocara. El caso es que las relaciones entre relatividad y arquitectura estuvieron bien presentes entre las preocupaciones del mismo Mendelsohn a lo largo de su carrera.
Los comienzos de Mendelsohn como economista quizás le proporcionaran la rara habilidad para entender su oficio como un negocio rentable.  De hecho, ningún otro arquitecto de por aquel entonces logró ganar tanto dinero gracias a la modernidad, aunque todo sea dicho, su riqueza fue requisada por los nazis con la misma velocidad que eran capaces de mostrar los croquis de sus edificios.
Mendelsohn fue un arquitecto de fama, lo que le permitió recibir encargos jugosos e incluso edificar el único monumento verdaderamente moderno de su tiempo: La Einsteinturm. Ninguna otra obra dio cumplimiento a tantos “–ismos” juntos como esa torre dedicada a su amigo Einstein: Resumen del expresionismo y del futurismo, allí, sus máximos exegetas, Zevi y Pehn, valedores tanto del expresionismo como del organicismo, han visto los rescoldos y la culminación de los fuegos formales y la celeridad de toda la época.
Pero por encima de esa importante obra, es en sus dibujos, donde mejor se condensan los esfuerzos de su arquitectura: sobre bases curvadas, como si el planeta hubiese quedado pequeño gracias a una nueva concepción del vértigo horizontal, sus bocetos están cargados de líneas que se extienden al infinito, sin bordes y a punto de desvanecerse. Arquitectura como percibida desde un vehículo en una autopista.
Pocos arquitectos resumen tan magníficamente la exigencia de dar forma a una época y sentir el tiempo en que se proyecta como parte trascendente del material de trabajo del arquitecto.

(1)  Mendelsohn, Leonard Hill, Londres, 1956, citado en GEORGIADIS, Sokratis, Sigfried Giedion, an Intellectual Biography, Edimburgh University Press, Edimburgo, 1993, pp. 124-125 ahora en COLOMINA, Beatriz, Doble Exposición, Akal, Madrid, 2006, pp. 17

2 comentarios:

oscarq dijo...

"Para alcanzar una nueva arquitectura son necesarias todas las tendencias:
-los apóstoles del vidrio
-los analistas del espacio
-los que buscan nuevas formas para materiales y construcción.
No serán los atenazados por la tradición los que promoverán una nueva época". ERICH MENDELSOHN 1919

"Lo mío podrá gustar o no, pero no se me podrá haber acusado de fusilar a nadie, ni de haber calcado de revistas." M. FISAC 1957

Cierro diálogo absurdo y atemporal y mando SALUDOS.

Santiago de Molina dijo...

Siempre me resultan interesantes los diálogos cruzados que propones en el espacio y en el tiempo. Creo que la arquitectura funciona así. Mantenemos, con cada obra un diálogo con el arquitecto de la catedral de Gerona, con el de el Campidoglio, con el de la filarmónica de Berlín...
Diálogo desigual pero irrenunciable. Creo que nunca absurdo.
Saludos