28 de marzo de 2011

PACIENCIA



Todas las obras completas, ocultan, entre sus logros, vacíos elocuentes. Ciertos vacíos temporales, sin obra, sin producción y sin resultados tangibles, marcan la trayectoria de un arquitecto tanto o más que lo construido. Como los anillos acumulados de un árbol seccionado, esos vacíos, como inviernos, estructuran y endurecen el tronco y permiten su crecimiento futuro. 
Tan importante para esa panorámica de la obra de un arquitecto, es lo no hecho. Y es en lo no hecho donde se oculta la esencia de sus intereses y la concentración de sus energías hacia su posterior obra.
Esos periodos son ejercicios de fe y paciencia, en uno mismo pero sobre todo en la Arquitectura. Velar la Arquitectura en esos periodos, tal vez sirva para luego no precipitar las formas, ni las ideas, ni los trabajos. Lo cual es mucho presumir. Pero sobre todo esos periodos son exámenes para no claudicar. Mirad los años en que el prolífico Wrigth o Le Corbusier, no tuvieron trabajo, o Gropius, o Kahn, o Mies... Esos intervalos, resultaron, sin duda, más provechosos, - bien ideológicamente, bien para la construcción de sus mitos, o bien como simple carrerilla o trampolín-, que otros plagados de obras quizás prescindibles. “La estrategia de no convertirse en un paranoico por el hecho de no tener trabajo, y ser capaz de continuar investigando en tu profesión y aprendiendo, es la verdadera estrategia de supervivencia. Si hacemos memoria -hablar de la biografía de los demás es más fácil que hablar de la tuya- arquitectos magníficos, como Coderch, o el mismo de la Sota, hacían un edificio cada cinco años. Esto se dice muy fácil, pero, cuando te toca a ti, es otra historia.”

14 comentarios:

Luis Loya dijo...

muy reflexivo e inspirador sigie escribiendo asi, con paciencia

Santiago de Molina dijo...

Gracias, Luis!!

Pablo Twose dijo...

Un articulo que nos debería hacer pensar en los tiempos actuales. Y mirarlos con otros ojos.

en una conferencia en el COAC Kengo Kuma reclamaba ese mismo periodo a todos los arquitectos, el y muchos japoneses lo tuvieron en la recesión de su país en los años 80-90. Dice que realmente en ese parón se forjó su arquitectura.

Un saludo.

Andrés dijo...

No sé si De la Sota, pero Coderch, ¿tú crees que hacía un edificio cada cinco años? Entonces debía de haber otras épocas en que hacía cinco edificios en un año, porque sino no me salen las cuentas ;) me gusta eso de que es más fácil hablar de biografías ajenas que de las propias. Ah, enhorabuena por ese edificio en SRafael "à la Ridolfi" que he visto publicao en varios sitios, es estupendo. Abrazos, A.-

Ana Mombiedro dijo...

Preciosa reflexión, el arquitecto como el eterno estudiante... Lo he leído varias veces y la palabra "constancia" me viene siempre a la cabeza.

Gracias por los consejos Santiago!

Santiago de Molina dijo...

twobo, gracias por la referencia a Kengo Kuma, Los periodos de vacio son productivos si se piensan como llenos de posibilidades latentes.

Andrés, gracias por tu amabilidad ridolfiana!. El comentario sobre la "productividad" de las obras de Coderch es de Miralles.

Nuki Nuk, gracias por la palabra constancia, hay que dedicarle un escrito también, no te parece?

abrazos a todos!

Andrés dijo...

Sí, había entendido que era de Miralles, pero aún así, creo que exagera bastante, incluso en el caso de Sota, que fue menos prolífico que Coderch. Me gusta mucho la reflexión que introduce Pablo Twose, de un japonés tenía que ser ;) Oye, y gracias por tu comentario en mi post sobre el Katsura, que contestaré allá en breve. ¡Un fuerte abrazo! Andrés-

Santiago de Molina dijo...

Gracia a tí, Andrés. Tal vez más importante que la producción, que seguramente es más alta que la exageración de Miralles como bien dices, resulta hermoso el comentario a manos suyas.
Gracias y abrazos!

CUP arquitectura dijo...

Hola Santiago, quisiera darte mi enhorabuena por este maravilloso escrito. Es, de veras, de las mejores reflexiones que he leído últimamente. Especialmente al carácter que le das a la palabra "vacío"... la falta de contenido físico, el hueco, el vano, el abismo, la no materia, lo no ocupado, la ausencia, el espacio...: en el fondo el vacío sólo se entiende por sus antónimos o por aquello que lo contiene. Llenar el vacío con paciencia, con fe o esperanza (sin ser de por sí éstos conceptos materiales) son motivos suficientes para seguir creyendo en lo importante que es el vacío en sus múltiples contextos. El modelar el vacío se llama creación y como suelo decir: "todo es diseño, desde el universo al botijo" y el punto de partida siempre será el vacío. Tengamos pues paciencia Santiago.
Un abrazo,
Justo Ruiz Granados

Santiago de Molina dijo...

Justo,
Agradezco muy de veras tus amabilidades. Comparto contigo la visión de un vacío activo, diría "latente".
Abrazos!

MBI dijo...

I.N.T.E.R.E.S.A.N.T.E

y oportuno.......

Santiago de Molina dijo...

Gracias MBI
y saludos!

Isma dijo...

Retirarse a un convento y esperar la Buena Nueva. tener la fuerza suficiente para no trabajar, gimnasia mental... decía Sota.

Santiago de Molina dijo...

Retirarse a un convento parece mucho decir, no?
Gracias y saludos!!!