8 de noviembre de 2010

INESTIMABLES MOCHILAS


Si los ojos de cada persona reposan a una altura diferente, y cada perspectiva es única para cada uno de nosotros, entonces cada persona tiene un horizonte propio que lleva consigo.
Si cada persona a cada paso va atravesando secciones, de algún modo la arquitectura se relaciona con el lugar donde se acumula la sucesión infinitesimal y continúa de esas lonchas. Cosa que ya decía Juan de Herrera.
Es decir, inevitablemente cada persona lleva tras de si una imperceptible mochila con al menos dos bultos arquitectónicos elementales: un horizonte portátil y una sucesión acumulada de secciones. A esa mochila secreta e imponderable, le debemos gran parte de la experiencia de la arquitectura.

6 comentarios:

Víctor dijo...

Resulta muy gratificante "venir" periódicamente a un lugar donde se reflexiona sobre arquitectura.

Así este blog se ha convertido en el que más recomiendo a compañeros y amigos desde hace un tiempo.

El texto de hoy me ha resultado una caja de resonancia, pienso de golpe en Le Corbusier, en Utzon y en muchos otros.

Gracias por el blog

Santiago de Molina dijo...

No sabes lo que me alegra ver que es de utilidad para ti.
Desde luego hay muchas obras que tienen esto presente, ¿verdad?
Un saludo afectuoso y gracias por recomendarlo, Victor.

Nicolas dijo...

no solo es gratificante por su reflexion constante en arquitectura, sino tambien por sus abundantes dosis de poesia! Son un remanso entre tanta salvajada.
Saludos

Santiago de Molina dijo...

Nicolas,

Muchas gracias por tu amabilidad y por tus palabras. Animan a continuar!
Saludos.

hacedor de trampas dijo...

A mi por ejemplo que mido 1,60 siempre me da por pensar en lo que verán los privilegiados que miden 1,90, a los que nada les impide la visión... su horizonte podría decirse que siempre es más lejano que el mío, por eso a lo mejor, yo siempre me fijo más en los detalles en mi horizonte particular..

Santiago de Molina dijo...

El horizonte de cada uno está en el genoma!
Gracias por participar