18 de octubre de 2010

CLORINDO TESTA



Qué no habrán dicho ya los argentinos sobre Borges, Cortazar y Clorindo Testa. El psicoanálisis sobre sus figuras lleva decenios de ventaja. De cualquier modo Borges y Cortazar son universalmente conocidos a pesar de que la capacidad de inventar universos fabulosos es equivalente en el caso del argentino arquitecto italiano. Visitar el hall del Lloyd Bank en Buenos Aires supone ser transportado al mismísimo Londres tecnológico y mecanicista de los años 60. Allí se conserva algo perdido igual que lo haría una cápsula del tiempo: Brutal y sudamericano a un tiempo, mérito y pleonasmo por aquellos años.
Su abordaje definitivo a la arquitectura se produce visto retrospectivamente como una espiral aproximativa. Del precoz interés por la medicina, a imagen de su padre, Clorindo Testa pasó a intentarlo con la ingeniería electromecánica como tránsito a la naval. Al cabo de un año, su interés se esfumó. Saltó luego a la ingeniería civil, en la que permaneció un año más con idénticos resultados hasta que arribó a la arquitectura.
Gran amigo de Ramón Vázquez Molezún, que conoció en Roma mientras uno viajaba y otro permanecía pensionado en la academia, en ambos convive un interés simultáneo por la pintura y la arquitectura sin fronteras y sin entender ninguna como una tarea subalterna. No era ese el caso de su admirado Le Corbusier quien entendió la pintura de modo instrumental. Es difícil encontrar mejor testimonio de la potencia de su obra gráfica que el que ofrece la pervivencia en la Rayuela de Cortazar de una referencia a ella.
En Clorindo Testa interesan las cuestiones propias del emigrante de la arquitectura. Y entre todas, seguramente la más significativa sea el conflicto latente en cuanto al tema del ornamento. El Banco de Londres, o la Biblioteca Nacional son el injerto del lenguaje brutalista europeo en pleno corazón de Argentina, donde los conductos, tubos y hormigón se manifiestan exageradamente y ponen de relieve las buenas relaciones entre un sentimiento ornamental autóctono, -compartido también por Lina Bo Bardi-, y la pura modernidad.
Clorindo Testa vive. Es uno de los escasos supervivientes a los grandes naufragios de la arquitectura del siglo XX. Sus obras le garantizan aun, mil años más de vida.

6 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Curiosa dicotomía resultadista la que se nos revela tras esa concepción insubalterna que Testa practica hacia el mestizaje de disciplinas, querido Santiago, si bien tras semejante acierto conceptual resulta sorprendente que el genio arquitectónico de este autor ningunee al plástico, abriendo suculentas líneas argumentativas ad hoc.

Santiago de Molina dijo...

Jack, algún crítico ha dicho del trabajo de Clorindo Testa. "pinta como lo hace un arquitecto y hace arquitectura como lo haría un pintor".
abrazos y gracias como siempre

Jack Babiloni dijo...

Las líneas argumentativas ad hoc permanecen de par en par, querido Santiago.

Un abrazo felicitador y gracias a ti por tu siempre penetrante intención allende la arquitectura.

Nicolas dijo...

Muchas Gracias, a ambos. Muchas veces siento que debieramos entender, nosotros argentinos un poco mas en profundidad, la verdadera esencia en la obra de Testa, por fuera de los clichés estilisticos con los cuales se la suele abordar. En mi caso particular, si bien soy un gran devoto de sus obras, suelo criticar su preponderancia arquitectura-objeto y su evidente mirada puesta en el exterior. Pero ni yo puedo con mis contradicciones, tampoco se lo puedo exigir a un tipo tan inmenso como Testa.
Que va a ser, complejidades del hacer arquitectonico y humano.
Perdon por el dislate, Saludos

Santiago de Molina dijo...

Gracias, Jack.
Gracias, Nicolas.
Testa y su máquina espacio-temporal es, junto con los ya nombrados Borges, Cortazar, y por supuesto Sábato, Messi y Maradona, indudables aportaciones argentinas a la humanidad.
Saludos!

Unknown dijo...

Son personas, argentinos en este caso, que emocionan.
Borges, Cortazar, Testa, Sabato, Piazzola... y otros, mas alla de la critica y la descripcion teorica que se pueda hacer de sus obras, logran cautivar los sentidos, emocionar, hacen vivir un instante de suspension.
Mas alla de las palabras!