15 de septiembre de 2010

INSUMISIÓN



La sumisión a los maestros suele dar sus frutos. Pero la insumisión aun mayores, abriendo campos auténticos y frescos a nuestros pies.
El encargo del Ministerio de Educación y Salud en Río de Janeiro, llegó a Le Corbusier gracias a la influencia de un joven y brioso arquitecto, Lucio Costa, quien a sus 33 años fue capaz de convencer de las bondades de la modernidad arquitectónica a un gobierno cuyas primeras intenciones habían sido más bien reaccionarias.
Le Corbusier llega a Brasil en julio de1936 y acomete el encargo con un equipo formado además por Leao, Moreira, Niemeyer, Raidy y Vasconcelos. Desarrollaron el trabajo inicial de Le Corbusier saltándose irreverentemente sus primeras intenciones y ejerciendo una desprejuiciada y verdadera rebeldía sobre muchos de sus planteamientos. Aun a pesar de conservar el regusto de su lenguaje.
Lo cierto es que lo mejoraron. No solo alteraron de posición de algunas de las piezas más importantes, o el mismo emplazamiento del edificio en el solar, sino que  incluso la pieza principal  fue salvajemente levantada del suelo, alterando el sentido inicial y ganando una inesperada y valiosa continuidad del jardín.
Al valor de la obra se superpone aquí pues otra enseñanza: la dolorosa valentía de elegir lo mejor por encima de la veneración al maestro. Quizás porque por encima de eso se habían jurado respeto a la arquitectura.
Con el tiempo, - algo excepcional y que solo les sucede a los verdaderamente grandes- , también Le Corbusier logró ser un insumiso de si mismo.

8 comentarios:

TOKI dijo...

Los maestros existieron en una época donde la cultura era un lujo al alcance de pocos. Por fortuna el conocimiento y la cultura hoy están al alcance de muchos.. y cada vez se comparte más,.. ;)

Santiago de Molina dijo...

Ay, que difícil encontrar verdaderos maestros, y eso que coincido contigo, Ibon, en las bondades del compartir!!... ;)

Anónimo dijo...

Santiago, no te olvides de Roberto Burle Marx haciendo ese paisajismo tan característico suyo y que se ha "teletransportado" en el Jardín O'Donnell de Madrid: (http://www.plataformaarquitectura.cl/2010/07/22/jardin-odonnell-paula-caballero-y-diego-colon-de-carbajal/#more-48932).
Ya dijo W. Allen que ahora se llama hacer un homenaje.
En esa época la cultura derivaba de tener dinero (unos pocos por tanto), que a su vez arrastraba a poder viajar y practicar hedonismos mentales (lecturas,vida...).
El hecho de tener al alcance (unos muchos ) hoy la cultura, no quiere decir haberla adquirido.

Santiago de Molina dijo...

Burle Max, ¿Cómo olvidarse de él?.

Diego y Paula han hecho un homenaje estupendo a Burle Max en pleno Madrid. Desconocido, pero muy recomendable. Son arquitectos inteligentes y sensibles como pocos.

Saludos!!

oscarq dijo...

"Se recompensa mal a un maestro, si se permanece siempre discípulo. ¿Porqué no vais a deshojar vosotros mi corona?" F. Nietzsche
"Si llegué tan alto fue por encaramarme a hombros de gigantes". I.Newton burlándose de R. Hooke.

Andrés dijo...

Hola Santiago: como sabes, me ha gustado esto de la insumisión; y gracias por tu comentario de ayer en mi blog en "Y la ciudad...", que contestaré en breve. Un abrazo, A.

Santiago de Molina dijo...

Gracias a ti, Andrés, Que precioso texto has escrito:

http://andresmartinez.es/index.php?id=9&l=1#marca_470

abrazos

Santiago de Molina dijo...

oscarq,
Muchas gracias por las estupendas citas y por participar.
Saludos