31 de marzo de 2009

DONDE NACEN LAS IDEAS


Sin duda, las ideas de arquitectura a Utzon le salen de la cabeza. Una cabeza que es como un tintero. Y unos brazos largos y móviles como los de Shiva, que le sirven para desplazar la mano de ese tintero negro a un lugar donde dibujarlas.
Los proyectos se hacen mojando en la tinta de la memoria y dibujando, por medio de una traslación directa, sin más obstáculos. Mano y cabeza, si. Pero también unos ojos que miran y ven y vigilan el resultado.
El dibujo es hermoso también porque es la caricatura del propio Utzon, espigado como una caña-tintero y con unos brazos largos, como de goma, que a todos lados llegan.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Las ideas cambian, mutan; son ese líquido de infinitas posibilidades que en nuestra mano pueden cobrar protagonismo. Y sin embargo aunque todas las ideas parten del mismo líquido acuoso y de sustancia indefinida ninguna es igual a la anterior, ni a la anterior...
Por ejemplo, en un dibujante (por poner el caso del sujeto-tintero que se muestra al pie de página) el trazo sería distinto con cada pasada del pincel, el énfasis con que definiría dicho trazo sería más grueso, fino, impetuoso, calmado, etc.; el protagonismo que le aportaría a una zona en particular y a otra en general, etc. Y por ello ningún dibujo es igual a su antecesor, aunque todos se complementan porque parten de la misma base: de la “tinta” original de nuestro intelecto.
Todos estos aspectos definen, por tanto, la idea del proyecto cuando éste puede verse gracias a la "mano" de su creador y en el momento y el modo en que éste le da forma. Sino, esta idea es sólo ese líquido. Líquido de un tintero sin usar que alberga todo lo indefinido por “ver”.
El proyecto es; por tanto, el final de nuestro camino, el dibujo terminado que ha sabido sonsacarnos nuestros mejores trazos; y sin embargo; ¿por qué hay dibujos que no parecen acabados?; ¿cuándo realmente termina un proyecto?, ¿termina cuando la tinta se ha secado o cuando ya apenas reconocemos que una vez hubo tinta en lugar de trazos?
Que el proyecto cobre totalmente independencia de sus orígenes; que apenas reconozcamos el comienzo de la metamorfosis para que tome el valor de algo nuevo; “algo” que hasta entonces no habríamos podido adivinar que saldría de simple tinta… ¿Así debería ser nuestro proyecto?
Un saludo.

Santiago de Molina dijo...

fenomeno! Ha sido un gusto leer tu comentario. Muchas gracias.